Una vez leí, no sé si en un foro, en un comentario a un blog, o en otro sitio "no te pienses que eres más madre por haber deseado más tiempo a tu hijo".
Esto me hizo reflexionar sobre hasta qué punto puede incidir la infertilidad en la manera en que tratamos a nuestros hijos. Seguramente habrá madres (y padres) de todo tipo independientemente de si la búsqueda ha sido corta o larga, si han necesitado o no tratamiento, si su hijo fue deseado o no... Pero en mi caso os puedo decir que estoy segura de que sí que ha influido el tiempo de búsqueda, las pérdidas y todo el camino recorrido en mi manera de ver y disfrutar la maternidad.
En mi entorno, a pesar de que los niños son queridos, hay mucha predisposición a dar una visión negativa de los bebés y los niños. Frases del tipo "me toma el pelo", "parece que lo hace por joder", "es malísimo" y muchas más que oyes día sí y día también hacían que yo adquiriera esa visión catastrofista de lo que era tener un hijo. Gente quejándose de noches sin dormir, de no poder tomarse una cerveza a gusto, de lo malo que es para comer, de lo que le duele la espalda de ir detrás del niño, de la tortura que supone que se vista o se bañe o se corte el pelo o haga los deberes o se limpie el culo o... y así hasta el infinito me hacía parecer que en vez de un bebé la gente tenía un gremlin. Porque a pesar de que todo esto es verdad, la gente suele contar más lo negativo que lo positivo.
Cuando me quedé embarazada todo el mundo presagiaba que lo que íbamos a vivir era el apocalipsis final, que nos iba a cambiar tantísimo la vida que casi que nos ibamos a arrepentir de nuestra decisión.Luego finalizaban con un "pero se quieren con locura". Jolines, quince minutos hablando de lo mal que lo pasan siendo papás y de lo bueno con cinco palabras lo han rematado. Muy pocas personas, las puedo contar con una mano, me hablaban solo de lo positivo de ser padres o me hablaban más de las cosas buenas que de las malas.
Supongo que me ha tocado un niño bueno, o supongo que me esperaba pasarlo tan mal que para mí no ha supuesto tanto cambio ni tanto problema. Vamos a ver, pues claro que no duermo como antes, y hay noches que me doy con un canto en los dientes si duermo seis horas (no seguidas). Pues claro que no puedo tomarme una cerveza tranquilamente porque mi angelote llama nuestra atención y tengo que cogerlo en mi regazo y hacer malabares para que no me tire el vaso con sus manos. Pues claro que me arriñono intentando cambiarlo y descambiarlo porque no quiere estar boca arriba y tardo a veces veinte minutos en vestirlo. Pues claro que hay días que come fatal, y escupe la comida, y tengo que fregar el suelo veinte veces y se pone de comida hasta los ojos (literal) y la ropa y la trona y a mí. Pues claro que tiene momentos en que se queja y llora y solo se calma en brazos y no puedes dejarlo en ningún sitio porque vuelve a llorar y no puedes hacer otra cosa que tenerlo en brazos y morirte del dolor de riñones.
Pero es que esto es ser papás ¿no? Quiero decir, que esto es lo que yo me esperaba... Creo que esto va en función de expectativas, y ya lo sé que también del niño, que hay bebés de alta demanda y es independiente de las expectativas que tú tengas. Pero es que hay gente que, por lo que me cuenta, en vez de bebés creían que iban a tener nenucos, y que cuando llegara la noche les iban a quitar las pilas y hasta el día siguiente.
Cuando alguien me pregunta que si angelote es bueno yo siempre respondo ¡¡pues claro!! qué maldad va a tener si es un bebé. Pero no se refieren a eso, sino a si no llora, si come y si duerme. Y respondo que sí, que no llora, que come y duerme. Pero cuando pasan un rato conmigo pues saltan ¡¡claro que es bueno!! Si es que en cuanto se queja lo coges. Si es que si cierra el pico no le das más comida. Si es que si es la hora de dormir y no tiene sueño no le acuestas. Si es que... Bueno, pues esa es mi manera de entender la maternidad. Y, de momento, me va fenomenal. Mi angelote es un niño súper feliz y yo también.
A veces creo que hay gente que lo ha pasado tan mal con sus bebés que desean que todo el mundo lo pase mal y les fastidia que estés molida, con dolor de espalda y cansadísima pero con una sonrisa de oreja a oreja y hablando de lo feliz que eres siendo mamá. Hoy mismo me he encontrado con un vecino y me ha dicho con una sonrisa de oreja a oreja y cara de satisfacción: ¡¡menudas ojeras, se hace notar el niño eh!! Y yo le he contestado: pues claro que se hace notar, eso es lo que más me gusta. Estoy cansada, pero tan contenta... Y oye, que se le ha quitado la sonrisa de golpe y me ha mirado como si estuviera loca.
Creo que si hubiera tenido a mi hijo hace años, cuando me quedé la primera vez, no hubiera sido así. Pienso que hubiera tirado más hacia otra manera de criar. No coger tanto en brazos, dejarlo que llore para que se acostumbre, obligarle a comer... Y compartiría esa visión catastrofista de los infantes.
No pienso que todo el mundo que ha pasado por la infertilidad tenga esta manera de criar y la misma visión que yo, pero me gustaría que alguna vez se hiciera un estudio para ver si es significativo el estilo educativo respecto a niños fruto de la lucha contra la infertilidad (a lo mejor ya existen estudios sobre esta temática).
¿Vosotros pensais que puede tener relación?
Cuando me quedé embarazada todo el mundo presagiaba que lo que íbamos a vivir era el apocalipsis final, que nos iba a cambiar tantísimo la vida que casi que nos ibamos a arrepentir de nuestra decisión.Luego finalizaban con un "pero se quieren con locura". Jolines, quince minutos hablando de lo mal que lo pasan siendo papás y de lo bueno con cinco palabras lo han rematado. Muy pocas personas, las puedo contar con una mano, me hablaban solo de lo positivo de ser padres o me hablaban más de las cosas buenas que de las malas.
Supongo que me ha tocado un niño bueno, o supongo que me esperaba pasarlo tan mal que para mí no ha supuesto tanto cambio ni tanto problema. Vamos a ver, pues claro que no duermo como antes, y hay noches que me doy con un canto en los dientes si duermo seis horas (no seguidas). Pues claro que no puedo tomarme una cerveza tranquilamente porque mi angelote llama nuestra atención y tengo que cogerlo en mi regazo y hacer malabares para que no me tire el vaso con sus manos. Pues claro que me arriñono intentando cambiarlo y descambiarlo porque no quiere estar boca arriba y tardo a veces veinte minutos en vestirlo. Pues claro que hay días que come fatal, y escupe la comida, y tengo que fregar el suelo veinte veces y se pone de comida hasta los ojos (literal) y la ropa y la trona y a mí. Pues claro que tiene momentos en que se queja y llora y solo se calma en brazos y no puedes dejarlo en ningún sitio porque vuelve a llorar y no puedes hacer otra cosa que tenerlo en brazos y morirte del dolor de riñones.
Pero es que esto es ser papás ¿no? Quiero decir, que esto es lo que yo me esperaba... Creo que esto va en función de expectativas, y ya lo sé que también del niño, que hay bebés de alta demanda y es independiente de las expectativas que tú tengas. Pero es que hay gente que, por lo que me cuenta, en vez de bebés creían que iban a tener nenucos, y que cuando llegara la noche les iban a quitar las pilas y hasta el día siguiente.
Cuando alguien me pregunta que si angelote es bueno yo siempre respondo ¡¡pues claro!! qué maldad va a tener si es un bebé. Pero no se refieren a eso, sino a si no llora, si come y si duerme. Y respondo que sí, que no llora, que come y duerme. Pero cuando pasan un rato conmigo pues saltan ¡¡claro que es bueno!! Si es que en cuanto se queja lo coges. Si es que si cierra el pico no le das más comida. Si es que si es la hora de dormir y no tiene sueño no le acuestas. Si es que... Bueno, pues esa es mi manera de entender la maternidad. Y, de momento, me va fenomenal. Mi angelote es un niño súper feliz y yo también.
A veces creo que hay gente que lo ha pasado tan mal con sus bebés que desean que todo el mundo lo pase mal y les fastidia que estés molida, con dolor de espalda y cansadísima pero con una sonrisa de oreja a oreja y hablando de lo feliz que eres siendo mamá. Hoy mismo me he encontrado con un vecino y me ha dicho con una sonrisa de oreja a oreja y cara de satisfacción: ¡¡menudas ojeras, se hace notar el niño eh!! Y yo le he contestado: pues claro que se hace notar, eso es lo que más me gusta. Estoy cansada, pero tan contenta... Y oye, que se le ha quitado la sonrisa de golpe y me ha mirado como si estuviera loca.
Creo que si hubiera tenido a mi hijo hace años, cuando me quedé la primera vez, no hubiera sido así. Pienso que hubiera tirado más hacia otra manera de criar. No coger tanto en brazos, dejarlo que llore para que se acostumbre, obligarle a comer... Y compartiría esa visión catastrofista de los infantes.
No pienso que todo el mundo que ha pasado por la infertilidad tenga esta manera de criar y la misma visión que yo, pero me gustaría que alguna vez se hiciera un estudio para ver si es significativo el estilo educativo respecto a niños fruto de la lucha contra la infertilidad (a lo mejor ya existen estudios sobre esta temática).
¿Vosotros pensais que puede tener relación?